A nadie le gusta envejecer. Por ello, hoy en día, existe gran cantidad de investigaciones y avances médicos y científicos dedicados a descifrar estos mecanismos, obteniendo importantes resultados.
El factor principal que determina el envejecimiento es la longitud de los telómeros, que son los extremos de los cromosomas. Entre más largos sean, mejor protegen el ADN. Conforme las células se dividen al paso del tiempo, los telómeros se hacen cada vez más cortos, dando paso al deterioro del material genético, y por lo tanto, al envejecimiento.
La buena noticia es que existen maneras de prolongar la salud de los telómeros, y de que incluso, recuperen parte de longitud perdida.
Si bien el envejecimiento de nuestras células es un proceso natural inevitable, tomando en cuenta los consejos que enlistamos a continuación, podrás mantenerte más joven y saludable.
Evita alimentos inflamatorios como los carbohidratos
El azúcar es tu enemigo. Lo mejor que puedes hacer por tu salud es limitar su consumo. El azúcar causa inflamación celular. Otros alimentos que causan inflamación son los lácteos, los cereales con gluten, los alimentos procesados y los aceites vegetales como soya, maíz y girasol.
Otra razón por la que los carbohidratos son nocivos para la salud es por el proceso de glicación, en que el azúcar se adhiere a los tejidos, provocando fragilidad y rigidez en proteínas estructurales como el colágeno y elastina, y dando pie a arrugas profundas.
Mejor ingiere alimentos frescos y naturales, como frutas (pocas, por el azúcar) y verduras, que aporten antioxidantes a tu cuerpo.
No fumar
En lo que se refiere al envejecimiento de la piel, el cigarro es terrible, ya que la nicotina bloquea el paso del oxígeno a los tejidos, causando arrugas prematuras y una apariencia seca y opaca al rostro.
Se dice que fumar envejece el rostro entre 10 y 20 años. Y también contribuye al envejecimiento celular, pues reduce la longitud de los telómeros (que ya sabemos, entre más largos, mejor para nuestra salud y apariencia) y genera acumulación de toxinas.
Practica ejercicios
Diversos estudios han demostrado que es posible revertir el proceso de envejecimiento alargando los telómeros, y eso se consigue practicando ejercicios HIIT (Entrenamiento de Intervalos de Alta Intensidad), y corriendo, principalmente. Esto se debe a que estos entrenamientos incrementan la actividad de la encima telomerasa. Además, el ejercicio HIIT también aumenta la producción de mitocondrias.
Ayuno intermitente
El ayuno intermitente lleva al organismo a un proceso de autofagia en el que se hace una autolimpieza celular, al usar como combustible para generar energía los elementos tóxicos y el material que se encuentra dañado y que da lugar a la aparición de enfermedades crónicas, neurodegenerativas y al envejecimiento.
Controla el estrés
El estrés produce cortisol, una hormona que inhibe la creación de elastina y colágeno, lo que causa flacidez y arrugas en la piel. Asimismo, el cortisol ataca la barrera protectora de la piel, lo que causa que pierda humedad. Por si lo anterior fuera poco, el estrés crónico acorta los telómeros.
Practicar yoga, meditación o ejercicios de respiración son buenas opciones para mantener el estrés a raya.
Mantén una hidratación adecuada
El 70% de nuestro cuerpo está compuesto por agua, por lo que el vital líquido es esencial para todas las funciones de nuestro organismo, desde pensar, hasta eliminar toxinas de forma adecuada. Cuando las células estas deshidratadas, su metabolismo se ralentiza, lo que ocasiona que el proceso de regeneración se vea afectado, y se acelere el envejecimiento.
Cabe aclarar que es importante no tomar agua pura en exceso, ya que podrías entonces provocar una baja en sales minerales.
Huye del sol como de la peste
El sol es el mayor enemigo de la piel. Si bien es cierto que unos cuantos minutos de exposición a la luz solar nos proveen de la indispensable vitamina D, abusar de esos baños de sol nos saldrá caro. La radiación ultravioleta destruye las fibras de colágeno y elastina, causando arrugas y flacidez. Eso sin contar que puede causar manchas y hasta cáncer.
Lo bueno es que puedes evitar este daño, usando todos los días un protector solar, no solo cuando vas de vacaciones a la playa.