Es bien sabido que a lo largo de la historia las mujeres han sido relegadas a un segundo plano, y en el campo de la ciencia, aún más. Por ello, hasta años recientes se ha dado una mayor difusión a los logros de estas mujeres que en muchos casos, fueron una pieza clave en el desarrollo de tecnologías que han cambiado nuestro modo de vida.
Hedy Lamarr: La transmisión inalámbrica de datos
Conocida como “La mujer más bella en la historia del cine”, Hedy Lamarr fue mucho más que eso. Nacida en Austria en 1914, desde pequeña destacó por su intelecto. Estudió Ingeniería en Telecomunicaciones en la universidad, pero abandonó la escuela para dedicarse al cine.
Sin embargo, años después y ya como todo una estrella, decidió retomar su carrera, en tiempos de La Segunda Guerra Mundial, para contribuir a la causa. Fue entonces cuando ella y el pianista George Antheil desarrollaron la técnica de conmutación de frecuencias, que fue la base para la actual tecnología WiFi.
Katharine Blodgett: Los cristales antirreflejantes
Científica de origen estadounidense, fue la primera mujer en obtener un doctorado en Física, en la Universidad de Cambridge, en 1926. Su tesis fue sobre el comportamiento de los electrones en el vapor de mercurio ionizado.
Después de graduarse, fue contratada por General Electric, donde desarrolló su carrera. Patentó varios inventos, siendo el más destacado el cristal antirreflejante, el cual se utiliza hoy en día en pantallas de televisión, computadoras, parabrisas, gafas, telescopios y más.
Ángela Ruiz Robles: El precursor del libro electrónico
En 1954, la profesora e inventora española Ángela Ruiz Robles creó una enciclopedia mecánica con el propósito de hacer el aprendizaje más interactivo.
El aparato cuenta con bobinas, desplazables y pulsadores, con los que se forman las palabras, frases o temas de toda clase de escritos. También tenía luz, para poder utilizarse en la oscuridad. Cerrada, la enciclopedia era del tamaño de un libro, ligera, y de muy fácil manejo.
Letitia Geer: La jeringa
Si bien antes de su invento ya existían instrumentos para inyectar a los pacientes, su contribución fue muy innovadora, ya que su jeringa se podía usar con una sola mano sin la ayuda de un asistente, lo que facilitó el trabajo de los médicos.
Enfermera estadounidense, Letitia Geer patentó su creación en 1899, que hasta la fecha es de gran utilidad.
Stephanie Kwolek: El Kevlar
Pionera en el área de materiales poliméricos, la química estadounidense Stephanie Kwolek cambió el mundo cuando creó el Kevlar, en 1965.
Trabajando en DuPont, estaba encargada de encontrar y desarrollar nuevas fibras sintéticas, más resistentes que el nylon y en condiciones extremas.
Hoy en día, su invento tiene más de doscientas aplicaciones, siendo probablemente la más relevante, su uso en los chalecos antibalas.
Margaret Hamilton: Software espacial
Margaret Hamilton, científica y matemática estadounidense, estuvo al frente del área de software en el programa Apollo de la NASA. Durante esos años, desarrolló el programa de vuelo del Apollo 11, que fue la primera misión tripulada que logró aterrizar en la Luna.
Su diseño de software fue innovador, debido a la necesidad imperante de solidez y seguridad, para la supervivencia de los astronautas en el espacio.
Mary Anderson: El limpiaparabrisas
Hay inventos que parecen simples, pero que se convierten en indispensables en la vida cotidiana. Tal es el caso del limpiaparabrisas, creado por la estadounidense Mary Anderson. La idea se le ocurrió cuando, estando en Nueva York, mientras se trasladaba en un tranvía, notó que el conductor constantemente tenía que detenerse y bajarse a limpiar el cristal, debido a la lluvia.
Anderson contrató a un diseñador para que concretara su idea y después la patentó. El limpiaparabrisas había nacido. Para 1916, todos los automóviles ya contaban con este práctico artilugio.
Amanda Jones: El envasado al vacío
Poder almacenar los alimentos sin que se echaran a perder fue un largo proceso de aprendizaje y para lo que se han creado diversos métodos, desde el ahumado, hasta la salazón. Sin embargo, fue el invento de Amanda Jones el que revolucionó la industria, al poder eliminar el aire de las latas y frascos.
La escritora e inventora estadounidense patentó su invento en 1873.