Con la llegada del buen tiempo no vuelven sólo el calor y los días más largos, sino también viejos patrones. Uno de los que más se repiten año tras año es la proliferación de las llamadas “dietas milagro”, que prometen resultados a corto plazo. Pero nada más lejos de la realidad: en la mayoría de los casos no solo no consiguen el efecto deseado, sino que incluso pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.
Hoy te hablamos de algunas de las dietas de moda de los últimos tiempos que debes intentar evitar para mantenerte saludable. No dudamos de que puedan resultar eficaces y llevar a la pérdida de peso en poco tiempo, pero desde luego no son una manera saludable ni lógica de conseguirlo en la mayoría de los casos. Además, la mayoría de las dietas milagro suelen producir el llamado efecto rebote, con el que se pueden recuperar en poco tiempo más kilos de los que se hayan perdido.
La dieta quema-grasas o dieta de la col
Este régimen se basa en comer una especie de sopa de verduras cuyo ingrediente principal es la col, pero que también contiene apio, cebolla, tomate y pimienta. Se puede tomar fría o caliente y todas las veces que quieras, pero sin duda existe una gran carencia de proteínas e hidratos de carbono.
Con una dieta así es normal perder peso, además de que es totalmente líquida. Sin embargo, aparte de no ser muy saludable tiene un gran efecto rebote.
La dieta Dunkan
Ya es prácticamente un clásico del famoseo y de las dietas relámpago. Esta dieta se basa en comer todas las proteínas que quieras, pero solo eso. Es decir, la ingesta de otros nutrientes esenciales, como los hidratos de carbono, se elimina por completo.
La dieta tiene cuatro fases diferentes y son muchos quienes la siguen de manera intermitente para intentar perder unos cuantos kilos a corto plazo. Su propietario ha lanzado su propia marca de productos con la que seguramente se esté llenando los bolsillos a costa de sus miles de seguidores en todo el mundo.
La dieta Atkins
Otra de las clásicas, que ya lleva años entre nosotros. Su objetivo principal es producir un déficit de carbohidratos en el organismo para que se produzca la llamada cetosis y se quemen las grasas acumuladas. En principio suena bien, pero no es nada saludable ni recomendable.
Con este tipo de dieta se fomenta el consumo de proteínas y se reducen al máximo las grasas y los hidratos de carbono, pero siempre a mínimos. Es una dieta hipoproteica y calórica que se basa en consumir nuestras reservas de energía.
La dieta del grupo sanguíneo
Esta parece ser menos popular, pero desde luego que también tiene miga, ya que no tiene base científica alguna y se basa en una dieta centrada en el grupo sanguíneo de la persona, sin tener más parámetros en cuenta.
Por ejemplo, las personas con grupo sanguíneo A deben basar su dieta en frutas y verduras y evitar los lácteos, mientras que las del grupo 0 deben hacer una dieta hiperproteica basada en el consumo de carne.
La dieta de la sonda
Esta es una auténtica barbaridad se mire por donde se mire y, aunque nos parezca mentira, hay gente que la sigue y la promociona.
La dieta de la sonda es justo eso: alimentarse a través de una sonda nasogástrica que va directamente desde la nariz hasta el estómago. Promete resultados a muy corto plazo (perder 10 kilos en 10 días), pero desde luego es una manera totalmente radical y muy poco saludable de perder peso, ya que este tipo de alimentación sólo está indicado para personas con enfermedades que les impidan alimentarse de manera natural.
