Una guerra deja siempre un reguero de muerte y destrucción imposible de olvidar y dejar atrás. Pero en mitad de la barbarie, siempre se encuentran historias que nos hacen recuperar la fe en el ser humano y emocionarnos.
En el caso de la guerra provocada tras la invasión de Rusia a Ucrania no ha sido diferente de otras ocasiones. Muerte, desolación, tristeza…los sentimientos negativos se agolpan para los ucranios y para todos quienes les apoyan.
La vida que se abre paso en mitad de una guerra
Durante uno de los bombardeos del ejército ruso sobre la ciudad de Kiev, la joven madre, de tan solo 23 años, se refugió en el metro de la ciudad para protegerse. Pero la pequeña Mia decidió que era el momento de hacer acto de presencia. Asistida por un agente de policía que acudió en su ayuda, la orgullosa mamá pudo dar a luz y ser trasladada en ambulancia a un hospital de la capital ucraniana para terminar de recuperarse del alumbramiento. Una imagen que ha recorrido medio mundo, en la que la vida y la esperanza se abren hueco entre la barbarie.
La cervecería que fabrica cócteles molotov
Una conocida fábrica de cerveza de la capital de Ucrania decidió paralizar la producción y cambiar su objetivo: fabricar cócteles molotov para que los ciudadanos puedan utilizarlos para repeler los ataques del ejército ruso. Sin duda, una manera original de ser útiles en momentos tan duros como los que están viviendo.
Música contra el horror
La noche del pasado lunes 28 de febrero, un músico ucraniano emocionó a medio mundo cuando tocó el himno nacional de su país mientras, junto a cientos de conciudadanos, se refugiaban en el metro de Kiev. La gente puso rumbo a los túneles del metro para prepararse a pasar otra noche de frío y terror. En la estación de Obolon de la capital, un músico anónimo decidió poner su grano de arena para combatir el terror, tocando con su trompeta el himno de Ucrania.
El llanto tras la victoria más amarga
La historia de Dayana Yastremska ha resultado muy emotiva para la comunidad internacional. La tenista ucraniana consiguió derrotar a su rival, la rumana Ana Bogdan, tan solo un par de días después de conseguir escapar del horror de la guerra de su país natal. Tras alzarse con la victoria, la joven se derrumbó entre lágrimas, totalmente inconsolable. Sin duda, la victoria más amarga de su trayectoria profesional.
Solidaridad contra la barbarie
Las guerras nunca aportan nada positivo, pero sí que sacan lo mejor de muchas personas. Tal es el caso de Nataliya Ableyeva, una mujer ucraniana a la que un varón de la misma nacionalidad le encomendó a sus 2 hijos para ponerlos a salvo. El hombre, en edad militar, no podría abandonar el país para unirse al ejército nacional. La mujer viajó durante horas para encontrarse con la madre de los pequeños, que viajaba desde Italia para reunirse con ellos y ponerlos a salvo. A lo épico de la operación, se une el hecho de que la propia Nataliya tuvo que partir dejando allí a sus hijos, que por edad tampoco podían abandonar el país y combatir contra la invasión rusa.
La separación sin fecha de reencuentro
Muchas son las familias que se han visto obligadas a separarse a causa de la guerra. Los hombres de entre 18 y 60 años no pueden abandonar el país para unirse al ejército. Así que los convoyes de refugiados van repletos de mujeres y niños que buscan un lugar seguro. Las estaciones de tren han sido testigo de muchas lágrimas y despedidas sin fecha de reencuentro para miles de familias ucranianas.
Si quieres colaborar ayudando a los miles de refugiados y víctimas del conflicto, puedes entrar en cualquiera de estos dos enlaces y dejar tu aportación. ¡Gracias! https://savelife.in.ua/en/donate/ https://uahelp.monobank.ua/
