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¿Qué parte del pollo es la más perjudicial y por qué no se debe lavar la carne antes de cocinarla?

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La carne de pollo es un producto bastante económico, fácil de preparar y delicioso que puede ser la base para cocinar caldos, sopas, ensaladas o filetes. Es muy importante elegir un producto de calidad antes que consumir comidas preparadas o precocinadas.

Los editores de FoodOboz nos cuentan en su publicación Parentingqué partes del pollo son peligrosas y por qué, además de explicar por qué no debes lavar la carne antes de cocinarla.  

Las partes más perjudiciales del pollo:

1. Los órganos internos

Se consideran la parte más nociva del pollo, ya que son los primeros en sufrir si algún parásito o producto químico entra en el animal. Por lo tanto, no se deben comer, al igual que ocurre con el hígado, ¡que se suele utilizar para hacer patés!

2. La piel

Según los expertos, contiene altos niveles de colesterol y grasas. También puede contener residuos de cloro, que se utilizan para dar a las carnes un poco pasadas un aspecto comercializable. Por lo tanto, siempre debes quitarle la piel a la carne antes de consumirla.

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3. Las alas

Esta parte del pollo se compone únicamente de piel y huesos, no tiene vitaminas ni elementos útiles a nivel nutricional. Además, a la hora de prepararlas se utilizan una gran cantidad de aceites, condimentos artificiales y grasas, lo que acelera el proceso de envejecimiento del cuerpo.

Por qué no se debe lavar la carne de pollo antes de cocinarla

El Departamento de Agricultura de EE UU advierte sobre el lavado de la carne de ave. Según la subsecretaria de Seguridad Alimentaria, Mindy Brashears, puede ser muy peligroso porque se cree que lavar la carne de ave en la cocina puede transferir contaminación a la encimera, el fregadero y el agua comunitaria. Para que no ocurra, es muy importante asegurarse de que toda la zona esté completamente limpia y desinfectada. Esto también se aplica a todos los artículos que hayan estado en contacto con la carne de pollo cruda.

También hay que recordar que el hecho de lavar la carne no elimina por sí solo las bacterias del ave, para lo que es necesario un tratamiento térmico. Pues se cree que, según las estadísticas, incluso uno de cada dos pollos disponibles en el mercado puede contener bacterias patógenas, lo que supone un riesgo especialmente para las personas inmunodeprimidas y los niños.

Los datos británicos muestran que la intoxicación por la bacteria Campylobacter, presente en las aves de corral, es la intoxicación alimentaria más común. Esto supone que haya que cocinar la carne de pollo a temperaturas y tiempos en los que a estas bacterias les sea imposible sobrevivir. Un poco de cuidado no viene mal cuando se trata de nuestra propia seguridad alimentaria.

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