“Mira con los ojos de otro, escucha con los ojos de otro y siente con el corazón de otro”. Esta frase del psicoterapeuta austríaco Alfred Adler podría resumir el fundamento de lo que significa ser una persona empática. Este rasgo que habla de ponerse en los “zapatos” de otros y entenderlos está acompañado de características puntuales que podrían catalogarte como una empática al extremo. Saberlo es de gran ayuda para comprender tus sentimientos y forma de actuar. Acá te damos 6 señales básicas.
Sensibilidad a tope
Las chicas empáticas se preocupan por los problemas de sus seres queridos e, incluso, de conocidos y extraños. Valoran con demasía los sentimientos de las demás personas, y es por ello que suelen ser muy amables, saben escuchar y dan respuestas y consejos acertados. Son “el hombro” que sus amigos y familiares suelen buscar para llorar. Transmiten buenas sensaciones a otros y confianza, pues siempre están dispuestas a ayudar. Sin embargo, esta sensibilidad superior también hace que se sientan ofendidas o heridas con mucha facilidad. Esta condición las hace susceptibles a ser lastimadas a menudo.
Introvertidas
Las mujeres empáticas suelen ser introvertidas; no les gustan los grupos numerosos de personas, fiestas grandes o tener un listado enorme de amigos. Prefieren las reuniones pequeñas o quizás conversar en un café con una sola amiga. La estabilidad es su fuerte. Pero eso no significa que sean tímidas, pues también son aquellas personas que se sientan en el autobús al lado de un extraño y entablan una conversación. Esto suelen hacerlo por curiosidad, ya que les encanta tener muchas visiones del mundo que les rodea. Conversar con desconocidos sobre temas importantes y escucharlos es una de sus aficiones.
Miedo a enamorarse
Como son muy sensibles, enamorarse o tener una pareja suele ser un asunto complicado para estas mujeres. Ellas quieren evitar sufrir si las cosas salen mal y por ello tienden a sobreproteger sus sentimientos amorosos. Saben que se entregan con todo y son consumidas por las emociones del ser que las cautive, por ello se vuelven esquivas con el asunto. Incluso, algunas pueden desarrollar filofobia (miedo irracional a estar enamorada). Cuando una empática es madura y tiene claros los límites y el funcionamiento sano de las relaciones de pareja, suele ser una compañera ideal para cualquiera.
Se dejan llevar por su intuición
Las empáticas tienen una intuición mucho más desarrollada que el promedio. Es por ello que la mayoría de sus acciones están determinadas por este sentimiento. Afortunadamente no les falla y de esta manera se libran de situaciones o personas dañinas. Esto es muy importante para ellas, pues absorben con facilidad el humor y las emociones de otros y es terrible si se rodean de personas ansiosas, malgeniadas o llenas de estrés. Claro, también se contagian de la positividad de los demás.
Comprensivas y de mente abierta
Como les gusta escuchar y ponerse en lugar de otros, estas mujeres no se dejan llevar por los prejuicios sociales. Valoran a las personas como individuos y no les colocan etiquetas o se dejan llevar por ideas preconcebidas. Comprenden la posición de otros y, así no la compartan, son respetuosas con sus sentimientos y comportamientos. Ellas apuestan por luchar contra las divisiones sociales y a menudo se convierten en defensoras de las minorías. Algunas llegan a convertirse en motivadoras de los cambios sociales.
Evitan los noticieros
Algo tan cotidiano como leer el periódico o ver los noticieros para mantenernos informados es casi insoportable para las mujeres empáticas. Los problemas del mundo realmente les afectan. Mientras a la mayoría de las personas una noticia sobre, por ejemplo, un tiroteo en un país lejano podría simplemente ponerlas tristes o despertar su simpatía, a las empáticas esto les despierta un verdadero sentimiento de culpa y agonía que no es fácil ignorar. Por esto, tienden a evitar mantenerse informadas.