Cuando hablamos de la intimidad en las relaciones, muchas personas piensan automáticamente en el sexo. Sin embargo, no se trata solo de eso, sino de crear una grata sensación de cercanía y conexión emocional e intelectual tan necesarias para que la convivencia funcione. Sin una verdadera intimidad, la mayoría de las parejas están condenadas al fracaso. Según expertos, existen varias formas de desarrollar e impulsar este aspecto tan importante más allá de lo que sucede en la cama. En este artículo te damos siete consejos para que los pongas a prueba con tu persona preferida.
1. Demostraciones de aprecio
Es difícil sentir intimidad con alguien si esa persona no nos hace saber que nos aprecia y valora, y esto es algo que muchas veces ocurre cuando la relación tiene ya algunos años, y se debe a la costumbre y la cercanía. Esta demostración puede ser distinta para cada persona: para algunos se trata de escuchar un “te amo” todos los días, mientras que para otros son pequeños regalos, detalles o citas improvisadas para salir a comer durante la semana, o simplemente que tu pareja se quede a tu lado para ayudarte a secar y guardar los platos mientras tú los lavas, por ejemplo. Lo importante es nunca dar por sentadas las cosas que hacemos el uno por el otro; mientras expresamos con palabras o acciones lo mucho que agradecemos estar junto a esa persona.
2. Más virtudes, menos defectos
Las parejas exitosas saben que nunca serán “cien por cien perfectas” para el gusto de la otra persona. Siempre habrá diferencias en gustos, actitudes, formas de ver la vida, opiniones y hábitos. Lo que diferencia a quienes siguen juntos de los que no es que los primeros no dejan que los “pequeños defectos” impidan ver las muchas virtudes que los hizo enamorarse en un principio. Saber que puedes ser tú frente a tu persona favorita sin temor a que te juzgue, es una de las cosas más íntimas que puedes experimentar. Por supuesto, acá no nos referimos a diferencias irreconciliables o actitudes peligrosas. Recuerda que hay acciones que no se pueden pasar por alto.
3. Comunicación abierta
Suena repetitivo y seguramente lo has leído antes en decenas de artículos, pero no deja de ser cierto: la mejor forma de crear intimidad es teniendo una comunicación abierta, sincera y oportuna. Esta es la clave de casi todas las relaciones sanas. Hacer el esfuerzo de escuchar, de verdaderamente escuchar, por un lado, y por el otro de decir todo lo que quieres o necesitas decir, ayudará a que las discusiones sean más bien un diálogo entre dos personas emocionalmente inteligentes, y no una pelea. Y mientras mejor nos comuniquemos, mientras más nos entendamos y nos conozcamos mutuamente, mejor será la intimidad que construyamos: tanto emocional como sexual.
4. Hay que hacer cosas nuevas
Es normal que las relaciones, a medida que avanzan, caigan en una especie de rutina. Esto no es malo: de hecho, conocer el “camino” de antemano el camino ayuda a establecer hábitos que afianzan a la pareja y aportan seguridad en la relación. Sin embargo, de vez en cuando es bueno agitar un poco las cosas y planear hacer algo nuevo y diferente. Desde algo simple, como ir a probar un nuevo restaurante durante la semana, hasta algo más elaborado; como escaparse un fin de semana a la playa… Cualquier cosa que os haga vivir una experiencia nueva, que os acerque mientras disfrutáis, hará que os miréis con nuevos ojos.
5. El contacto es importante
Es simple: hay que tocarse más. Más allá de la intimidad que se gana con el sexo, el darse afecto físico constantemente también ayuda a establecer una conexión importante. Está demostrado que recibir abrazos o caricias de nuestra pareja nos ayuda a bajar la presión arterial y promover la producción de oxitocina, la llamada “hormona del amor” que nos ayuda a sentir aprecio por la otra persona. Tomarse las manos al caminar, tocarse el brazo al hablar, saludarse y despedirse con un beso son formas de incrementar el contacto todos los días.
6. Permitirse ser vulnerables
Si hay buena comunicación y os demostráis amor y aprecio, permitirse ser vulnerables no será una tarea difícil. En un mundo en el que casi siempre tenemos que poner una cara de autosuficiencia y fortaleza, es importante saber que podemos dejar que nuestra pareja esté allí con nosotros en nuestros momentos más difíciles porque no nos va a juzgar. Poder compartir tu ser más profundo es importante para lograr una intimidad que les permita avanzar en las buenas y las malas, no solo en las buenas.
7. Separados, para estar juntos
Quizás suene contradictorio, pero en realidad es sencillo. En una relación de pareja duradera y funcional, cada integrante debe seguir siendo su propia persona, con sus propios intereses y necesidades. Tener un pasatiempo que sea tuyo o dedicarles tiempo a tus propios amigos y familiares hará que te sientas más feliz con tu “vida personal”, lo que a su vez hará que crees más intimidad con tu pareja cuando le cuentes qué hiciste durante el día. Sin embargo, la intimidad será aún mayor si mientras vives tu día le recuerdas que estás pensando en él o ella, manteniendo la conexión con un pequeño mensaje de texto o una llamada rápida para preguntar si todo va bien. Serán unos segundos que marcarán una gran diferencia.
