En tiempos de confinamiento hay posibilidades de sufrir depresión, pánico o frustración. Mucha gente toma una posición activa e intenta resistir, luchar contra la situación, hacer ejercicio, ir de compras y controlar el futuro a tope. En otro caso la situación se da por llevar y las personas fingen que no hay amenaza, que no está sucediendo nada y se ponen a esperar que todo se pase.