La infanta Cristina ha vivido varios años convulsos en los que enfrentó un escándalo de corrupción, una supuesta infidelidad, un divorcio y la remoción de un título real. Pero ahora, enfocada en sus hijos y en su trabajo, la hija del medio de los reyes eméritos Juan Carlos I y doña Sofía, y hermana del actual rey de España, Felipe VI, parece estar recuperándose, y se la ha visto incluso rejuvenecida. Estos son 9 datos sobre su vida que debes conocer.
Su lugar en la monarquía
Nacida como Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, el 13 de junio de 1965, la infanta era la segunda hija de los entonces príncipes Juan Carlos I y Sofía de Grecia, quienes dos años antes habían tenido a su hermana mayor, Elena. En 1968 llegó su hermano menor, Felipe, ahora rey de España. Cristina ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión al trono, por detrás de sus dos sobrinas, la princesa Leonor y la infanta Sofía (hijas de Felipe), y de su hermana Elena y los hijos de esta, Felipe y Victoria de Marichalar y Borbón. Es prácticamente imposible que Cristina llegue a ocupar algún día el trono.
Pionera e independiente
La infanta Cristina fue la primera mujer de la realeza española en asistir a la universidad. Lo hizo en la Universidad Complutense de Madrid, donde se graduó en 1989 como licenciada en Ciencias Políticas. Pero su espíritu pionero no se quedó allí: fue también la primera en irse del Palacio de la Zarzuela para vivir de forma independiente. Esto ocurrió en Nueva York, Estados Unidos, donde hizo un máster en Relaciones Internacionales. Después se mudó a París, Francia, para hacer sus prácticas en la sección de Ciencias Sociales y Humanas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Cristina habla español, catalán, inglés y griego.
Vida y trabajo
Su espíritu independiente la llevó a aceptar un trabajo en La Caixa, una fundación bancaria española encargada de gestionar obras sociales y culturales. Por eso, en 1992 se mudó a Barcelona, donde está su sede, y se convirtió en la coordinadora de programas de cooperación internacional para el Tercer Mundo. Si bien Cristina se convirtió en un enlace entre la corona y la comunidad de Cataluña, su vida en Barcelona fue bastante sencilla en comparación con la que llevaba en Madrid. Cuando no estaba recorriendo el mundo por su cargo, se la podía ver en salidas sociales con su grupo de amigos o en lo que se convertiría en uno de sus sitios favoritos: el Puerto Olímpico de Barcelona.
El deporte, su pasión
Una de las constantes en la vida de la infanta ha sido el deporte. Le gustan el esquí y el squash, pero su favorito, gracias a que comparte la afición con su padre, es la vela. Incluso participó como suplente del equipo español femenino de vela para los Juegos Olímpicos de Seúl (Corea del Sur) en 1988. Y ese mismo año, cuando se eligió a Barcelona como sede de los juegos de 1992, ella fue la encargada de izar la bandera olímpica en esa ciudad. En la actualidad, Cristina sigue practicando actividades como pilates, tenis y esquí, además de disfrutar ver el balonmano, un deporte que se convirtió en una parte central de su vida.
Llegó el matrimonio
En su juventud, a la infanta se le atribuyeron romances con personalidades como el aventurero Álvaro Bultó, el entonces príncipe Felipe de Bélgica y el actor Juanjo Puigcorbé. Pero no fue hasta 1997 que la infanta y la Casa Real confirmaron una relación: la que comenzó con el jugador de balonmano profesional Iñaki Urdangarin. En octubre de ese mismo año se casaron en la Catedral de Barcelona, tras lo cual el rey Juan Carlos I les otorgó el título de duques de Palma de Mallorca. Así, Cristina se quedó oficialmente en Barcelona, donde continuó con su trabajo en La Caixa. Entre 1999 y 2005 tuvo a sus cuatro hijos: Juan, Pablo, Miguel e Irene. En 2009, ya retirado del deporte, Urdangarin fue contratado por Telefónica y se llevó a la familia a vivir a Washington.
Y le siguió el escándalo
En 2011, un juez español abrió una investigación sobre el Instituto Nóos, una fundación que supuestamente se dedicaba a organizar juegos deportivos sin ánimo de lucro, pero que después se demostró que era una fachada para el desvío de fondos públicos. Y uno de sus presidentes era Iñaki Urdangarin. Tras un largo juicio, bastante publicitado y polémico, el esposo de la infanta fue sentenciado en 2017 a seis años de prisión. Cristina también fue juzgada, pero dado que Urdangarin afirmó que ella no tuvo nada que ver con este problema, finalmente fue absuelta. Pero el escándalo ya estaba servido y esto le costó que su hermano, Felipe, en su carácter de rey, le retirara el título de duquesa de Palma de Mallorca.
La vida sigue
Con Urdangarin en prisión y su relación con la familia afectada, Cristina quedó apartada de la agenda oficial de la Casa Real. Por eso, se mudó a Ginebra, Suiza, y se enfocó en sus hijos, además de continuar a distancia con su trabajo en La Caixa. Juan, su primer hijo, vive y trabaja en Londres, Inglaterra, para la compañía de competencias de autos eléctricos Extreme E. Pablo es jugador del equipo de balonmano del F.C. Barcelona, como lo fue su padre, y es habitual ver a Cristina en sus partidos. Miguel comenzó una carrera como instructor de esquí en Ginebra e Irene estudia Hostelería en Oxford, Inglaterra.
Finalmente, el divorcio
Aunque Cristina se negó a separarse de Urdangarin durante el juicio y el escándalo, así como durante su estadía en prisión y su posterior régimen de libertad condicional, la relación al parecer ya se había fracturado. En 2024 confirmaron a través de un comunicado la “interrupción matrimonial”. Pero esto ocurrió después de que varios medios publicaran unas fotografías de Urdangarin tomado de la mano con una mujer llamada Ainhoa Armentia, que es abogada. Algunas semanas después, se confirmaría que están en una relación. Esta separación, al parecer, ha ayudado un poco a Cristina a mejorar su situación con su hermano, el rey Felipe, pero fuentes especializadas en la realeza afirman que todavía no hay indicios de que la infanta vuelva a tener un papel dentro de la monarquía.
Una nueva etapa
Soltera, enfocada en sus hijos y en su trabajo, Cristina parece haber entrado en otra etapa de su vida después de celebrar su cumpleaños número 60. Divide su tiempo entre Ginebra, Barcelona (donde ha comprado un piso) y Abu Dabi, Emiratos Árabes, donde vive su padre, el rey emérito Juan Carlos I, desde que se autoexilió en 2020. Se ha confirmado que se ha sometido a algunos procedimientos estéticos menores, como la remoción de una verruga en su mejilla y tratamientos faciales, además de mantenerse activa practicando deportes y siguiendo una dieta pescetariana rica en verduras, frutas, legumbres, huevos, lácteos, marisco y pescado.
